El miedo a conducir no sólo te pasa a ti. Te lo muestro con unos breves datos.
- En España, la amaxofobia afecta a un 6% de los conductores que viene a ser aproximadamente 1.5 millones de personas.
- Un 54% de los conductores manifiesta tener algo (32%), bastante (18%) o mucha (4%) ansiedad al volante, por situaciones como: la conducción imprudente de otros, las condiciones climatológicas adversas, circular con mucho tráfico o por ciudades, los viajes largos, etc.
Si eres una de las personas que está entre este 1.5 millones de conductores, toma nota.
A continuación te dejo unas pequeñas claves para que comiences a afrontar tu miedo a conducir.

Claves para afrontar la amaxofobia:
1. Identifica qué te produce el miedo a conducir
Es frecuente que la mera idea de conducir provoque nervios, preocupación, tensión, inseguridad, problemas estomacales, etc. incluso días antes de saber que se ha de coger el coche.
En realidad, cada persona lo experimenta de una manera diferente. Identifica tus sensaciones.
2. Pregúntate ¿la conducción tiene la cualidad de producir todas las sensaciones descritas anteriormente?
La respuesta es NO y te cuento porqué.
La conducción es solo la acción y el efecto de conducir. Como tal, es una acción neutra en cuanto a nuestro organismo, pero es obvio que algo pasa si nos genera tanto miedo como para preferir no coger el coche.
3. Reflexiona ¿Dónde está entonces el problema?
Es difícil darnos cuenta que la verdadera clave de nuestro problema está en la interpretación que hacemos de la situación.
Sin embargo, todo empieza por un pensamiento, generalmente sobre nuestra capacidad para conducir y sin darnos cuenta, ese pensamiento negativo, nos lleva a otro (también negativo) y entramos en un círculo que se retroalimenta.
Nuestros pensamientos tienen la fuerza suficiente como para generarnos sensaciones corporales desagradables y con tal de aliviarlas, nuestro cerebro evita la situación.

¿Por qué nuestro cerebro actúa así?
Pues porque frente a la idea de conducir, decidir no coger el coche: relaja.
Alivia porque nos escapamos de eso que nos angustia: de conducir.
Pero este alivio, esta sensación de calma es cortoplacista. Nos sirve para relajarnos ahora. Pero no nos ayuda a prepararnos para el futuro.
De hecho, esta sensación de calma refuerza el miedo a conducir, pudiendo generar pensamientos cada vez más negativos y haciendo que el ciclo continúe y cada vez sea más intenso.
4. ¿Qué puedo hacer para romper este ciclo y superar el miedo a conducir?
Frente a la idea de conducir, decide: coger el coche.
Llegados a este punto, es normal que te preguntes, ¿cómo quieres que conduzca si tengo miedo?
Pues planificando esas conducciones de manera que puedas enfrentarte poco a poco a la situación que temes y aceptando que al principio, es normal sentir miedo por enfrentarnos a algo a lo que no estamos acostumbrados.
La planificación depende de cada persona, pero un ejercicio muy útil es listar 10 situaciones que te producen ansiedad al volante y ordenarlas de menor a mayor malestar.
En el momento de la práctica, comienza por esa situación del listado que menos miedo te produce y repítela tantas veces como sea necesario hasta que sientas seguridad y confianza.
Cuando domines la primera de las situaciones, pasa a la siguiente.
Consejos para enfrentarte a la conducción
Para empezar, asegúrate de que tu coche está en buen estado y que cumple todas las recomendaciones de seguridad. Esta es una manera de eliminar cualquier duda sobre el estado de tu vehículo que te pueda generar inseguridad.
Al principio contar con la compañía de algún ser querido, que también sea conductor, nos puede servir de apoyo. No se trata de cambiarle el puesto si la práctica se nos complica porque eso también sería escapar de la situación y ya hemos visto, que la evitación fomenta los pensamientos negativos sobre nuestra capacidad al volante. Pero, contar con ese apoyo nos puede infundir seguridad.
Incorpora unos minutos de relajación al día en tus hábitos porque te va a ayudar a frenar tus síntomas de ansiedad en situaciones críticas, pudiendo evocar esa relajación entrenada en situaciones de conducción.
Recuerda, que tú ya has demostrado que puedes ponerte al volante y por eso, has obtenido el carnet de conducir. Aun así, es normal sentir miedo cuando nos enfrentamos a situaciones completa o relativamente nuevas y no pasa nada. La soltura vendrá con la práctica.

¿Es posible superar la amaxofobia?
Sí. Generalmente la ansiedad frente al volante disminuye con la experiencia.
Pero, si a pesar de seguir estas claves, no consigues vencer a la amaxofobia, es recomendable que consultes con un profesional.
La intervención psicológica que ha demostrado más efectividad para superar la amaxofobia es la terapia cognitivo-conductual que mediante diferentes técnicas aborda tanto la práctica de conducir, como los pensamientos y el control de nuestras respuestas fisiológicas de ansiedad.
Si necesitas ayuda profesional, puedo ayudarte, ya que soy especialista en el tratamiento de miedos y fobias.
Empecé mis sesiones con Verónica enfocadas a solucionar mi amaxofobia, tenía que coger el coche para ir a trabajar y me notaba tensa, nerviosa, sufría del estómago…
Ahora sigo cogiendo el coche cada día, incluso para más allá de ir del trabajo a casa y me noto más tranquila, más segura.
Ahora ya analizamos otros aspectos del día a día más allá de mi miedo a conducir.
Poco a poco seguimos mejorando. ¡Mil gracias!.
Cómo hemos visto en sesiones, cada día es una oportunidad para afrontar tu miedo. Lo estás haciendo genial y eso se nota en tu evolución! Gracias por aportar tu experiencia a este asunto que afecta a tantas personas:)
Hola!
Mi esposa, desde que tuvo un pequeño susuto con el coche dice que no se siente capaz de cocger el coche. De esto ha pasado ya casi un mes y no es capaz de superarlo. Yo intento animarla a que al menos haga las maniobras para sacarlo del garaje (un garaje amplio) pero se pone muy tensa y no es capaz. ¿Se le irá pasando poco a poco o como hago para ayudarla?
A veces un incidente, aunque sea pequeño, puede ser el disparador de un miedo. Es normal.
Sin embargo, en este caso, evitar coger el coche es la peor de las soluciones porque no solo dejamos de entrenar la habilidad de conducir (y perdemos destreza) sino que también cogemos miedo al miedo de volver a conducir y que el incidente vuelva a ocurrir.
Programar pequeños acercamientos a la conducción es una de las estrategias que usamos en terapia. Hacemos un listado de situaciones y las ordenamos de menor a mayor dificultad. El objetivo es abordar la primera de la lista y pasar a la siguiente solo cuando me sienta cómoda. Acompañar y animar al conductor en las aproximaciones puede ser un elemento de apoyo.
Sin embargo, cuando tenemos mucho miedo los pensamientos y las sensaciones corporales que se disparan, pueden jugarnos una mala pasada, por eso coger el coche en ese momento puede convertirse en una tarea muy difícil e incluso llegar a bloquearnos.
Por eso, si tu mujer está bloqueada con la conducción lo más aconsejable es que acuda a terapia, para trabajar primero la parte cognitiva (pensamiento) y fisiológica (sensaciones corporales desagradables) e incluso hacer unas primeras aproximaciones a la conducción desde la imaginación en consulta.